Saludos y desahogo (terminal)

Buenas a todos. He caído en este foro cuando pensaba que nunca volvería a participar en uno de estos. Sin embargo, parece que esta condena conocida como fobia social lleva aparejada caer siempre en los mismos vicios, los mismos problemas, los mismos traumas, las mismas mierdas, etc...Es como un hámster dando vueltas y vueltas sin poder escapar...



Tengo cuarenta y dos años (se avecina chapa, si te aburre leer de lamentos y pesimismo a raudales, corta tu lectura aquí. Consejo de buen samaritano.), mi vida siempre ha sido algo insoportable. Miento, los primeros ocho, nueve años, sí merecieron la pena (o, al menos, eso recuerdo). A partir de allí se torció sin que haya podido enderezarla nunca. Quizás por falta de capacidad, quizás por falta de confianza, quizás por falta de apoyo o, probablemente, por falta de ganas. El caso es que es un fracaso absoluto, no caben medias tintas .

Todo este descenso progresivo a un infierno personal comienza, como les habrá pasado a muchos aquí, con unos padres sobreprotectores en exceso, los cuales me privaron de fuerza y agallas para enfrentarme contra los males que me iban a aquejar. Esos pronto se manifestaron en forma de bullying y humillaciones en el colegio. Una herida que, pese a haber transcurrido tantos años, todavía sigue latente, todavía duele y, lo que es peor, me ha afectado en la medida de tener miedo siempre a los demás. Recuerdo (mi memoria a corto plazo es una hez, pero a largo no se me ha olvidado nada. Algo horrible, dicho sea de paso) cuando estaba a punto de terminar en el colegio, cómo soñaba con dejar todo eso atrás. Creía en mi ingenuidad infantil que aquello era una etapa como otra cualquiera. Pero no...

El instituto fue la consolidación de mi carácter tímido, de mis sucesivas puestas en evidencia y bloqueos, de ser objeto de burlas y ninguneos. Así se cimentó mi socialización de la peor forma posible. Con el agravante de no terminar de entender qué estaba ocurriendo. Recuerdo que, ante mis continuas faltas y excusas, mi madre quiso llevarme al psicólogo con 15 años. En aquel momento (mediados de los 90) lo rechacé por pensar que eso era cosa de "locos". Una de las múltiples tonterías que he hecho en mi vida, aunque, a fuer de ser sinceros, puede que no hubiera servido para nada .

Comencé la universidad y, ante mi temor, a quedarme nuevamente solo, elegí una carrera, porque allí conocía a un amigo. El resultado fue el esperado: tres años vegetando, incluido un primer cambio a otra donde solo estuve otro año perdido. Finalmente, empecé Derecho. En clase, cuando iba, siempre andaba solo. Una vez vi a unos compañeros reírse, seguramente no era por mí, pero aquello me dolió de tal manera que desencadenó mi primera depresión. Tenía 20 años. Derecho iba por buen camino, había aprobado todos los exámenes. No obstante para mí la vida carecía de sentido ya.

Por aquellos momentos mi vida familiar estaba casi rota. No me hablaba casi con nadie en la casa. Una noche decidí ponerme veneno en un zumo y liquidarme. Fui descubierto y el intento era burdo a más no poder. Entonces sí acudí al psicólogo. Un tipo de la Seguridad Social que lo primero que hizo fue culparme de todos mis males. ¡Menuda manera de empezar con este mundillo, el cual sería por donde no he parado de moverme el resto de mi existencia! Tras varias terapias fracasadas, al final encontré a una chica que sí me ayudó.

Llevaba un año en blanco, sin hacer nada, ni estudiar, ni trabajar. Me matriculé por la UNED en otra carrera, más por presión familiar que por ganas. La cuestión es que, para gran sorpresa mía, aquella sí fue una experiencia muy agradable. Pese a no estar obligado a acudir, iba a la biblioteca e hice grandes amistades . Disfruté esos años como pensaba que nunca me iba a pasar. Por unos instantes (en el global de mi vida no da para mucho más) pensé en la fábula del patito feo y el cisne. Pero era pura fantasía.

Otro incidente ridículo me abrió de nuevo las carnes de los rechazos y vejaciones del colegio. Estaba a punto de acabar la carrera, me veía muy inseguro para acceder al mundo laboral. Fue entonces cuando conozco el concepto de Fobia Social. Me doy cuenta que encajo la descripción y trato de buscar remedio. Encuentro un centro médico donde se tratan problemas de mentales. Considero una posibilidad. Ocurre que me debo desplazar a vivir a otra ciudad, sin tener grandes ingresos. Decido que mi estancia en el centro será de seis meses.

Aquella experiencia fue también bastante positiva, algo que, a la vista, demuestra mi carácter enfermizo: me encontraba muy bien entre gentes con graves problemas. Durante ese tiempo cojo confianza suficiente como para, por ejemplo, mantener mis primeras relaciones amorosas (¡tenía 25 años! ) que no acaban de la mejor manera, pero para mí son una muestra de haberme curado. Salgo del centro, con la visión contraria de los terapeutas (otro error ), sintiéndome con fuerzas para enfrentarme al mundo.

Empiezo en un trabajo y, ¡a las dos semanas!, ya estoy deseando dejarlo, volviéndome a medicar. Durante años será mi única experiencia laboral. Consigo una beca, conozco a otra chica con la que mantengo la mejor relación que nunca más volví a tener y parece que se va enderezando mi vida nuevamente. Esta relación era a distancia. Ese verano decidimos viajar juntos, la semana que pasamos es mala, rompiéndose, si no en ese momento, sí para siempre el idilio. Esta situación me lleva a una nueva depresión. Otra noche estoy a punto de matarme, pero mis padres logran convencerme.

Surge, entonces, otra posibilidad de beca y desplazamiento a otro lugar. Lo acepto sin rechistar. Cuando llego no conozco a nadie, sin embargo, la magia de internet y los foros hacen que, con el tiempo, consiga un grupo de gente con la cual quedar. Son años en los que, alcanzando la treintena, me encuentro con la vida que hubiese soñado en la adolescencia . Con dos puntos oscuros: mi vida social son exclusivamente esta gente, mientras la fobia social me acompaña el resto del tiempo. Y la beca tampoco me proporciona una opción de entrar en un trabajo para hacerme realmente dueño de mi destino. Ni yo estoy por la labor, lamentablemente.

Tras cuatro años en que pasaron muchas cosas positivas y negativas, me vuelvo a casa de mis padres con un nuevo título, sin curro y después que sucediera una incidente dramático que, pese a quitarle hierro en el momento de autos, me marcaría para el presente. Luego volveré a ello.

En la treintena, sin oficio, ni beneficio (realmente no sé hacer nada, salvo estudiar). Empiezo a dedicarme a las tierras de mi padre. Primero como hobbie, luego algo más en serio, nunca con las ganas necesarias para convertirlo en mi profesión. Sobre todo, son años de aislamiento. Solo me relaciono con mi familia, con quien tengo tiras y aflojas constantes (con mi hermano paso años sin hablarme).

La idea del suicidio, nunca olvidada, vuelve a rondarme. Contacto con gente en foros para ir a un sitio donde matarnos, busco métodos de indoloros (y soy estafado un par de ocasiones). Justo cuando viajé para hacerlo con otros dos chavales, mis padres y mi psicológa logran, nuevamente, que desista de mis intenciones. Las consecuencias no son mejores: me paso año y medio de baja, encerrándome.

Tras ese tiempo vuelvo a dedicarme a las tierras, pero es más de lo mismo: por hacer algo, no por convicción. Pasa el tiempo, los años van pesando, mi vida es fobia social y poco más. Entro a formar parte de AMTAES e intento formar un GAM para tratar de salir de mi estado de aislamiento. Los resultados, en principio prometedores, vuelven a acabar de la peor forma posible: la gente que conocí acaba a patadas. Justo en ese momento descubro un lugar donde encuentro un producto para quitarme la vida sin dolor. Lo adquiero.

Meses barajándolo (mi decisión estaba tomada, la cuestión era el cuándo) y una noche me armo de valor para hacerlo. Estaba muy tranquilo, seguro que para esta vida fracasada, de parásito y sin perspectivas de futuro, era lo mejor. Había hecho las paces con mi hermano, escrito una carta de despedida para mis padres. Pero, para variar, fallé. Me desperté tres días después en la UCI. El producto no había cumplido su misión, pese a parecer que era el método 100% eficaz.

Sufro entonces la pesadilla de la vida en el hospital, con la inevitable derivación a Atención psiquiátrica. Un mes me pasé allí, donde lo único que logré fue echarme unas risas al final (siempre del lado de los locos ) e, incluso, enrrollarme con otra paciente . Salí de "la cárcel" hospitalaria con el compromiso de volver a terapia, tomar medicación e ingresar en un grupo organizado por la psiquiatra del hospital. Llegó la pandemia y el grupo se disolvió a los pocos meses .

La pandemia fue, con mucho, el mejor momento. Estaba en la gloria de vivir encerrado, sin tener que sentirme culpable, aunque algo en mí quería escapar de ese infierno de la fobia. Tras un par de años, con cuarenta cumplidos, vuelvo a dedicarme a la finca con mucho más entusiasmo. Doy con un terapeuta que sí me empieza a ayudar de verdad, voy a enfrentándome a mis miedos. Mi padre cae gravemente enfermo, ocupándome en exclusiva de los terrenos. Es entonces cuando pienso en poner un negocio, cosa que era impensable anteriormente por mi inestabilidad emocional. Saco el carné de conducir, pese a haber pasado tanto tiempo sin atreverme, empiezo a salir con una chica, primero amiga, luego algo más...Sentía que este año era el mejor en muchos...

Sucede que mi mala sombra es inalcanzable. Aquel suceso dramático, ocurrido muchos años atrás, olvidado en mi mente, reaparece en mi vida de la peor manera. La ansiedad regresa, el pesimismo, la sensación de fracaso personal, la depresión y, finalmente, el deseo de morir nuevamente. Como un castillo de naipes, lo poco o mucho que había construido en el último año se va desmoronando: tengo el local montando para el negocio, pero no tengo fuerza, ni ganas; la chica me abandona sin dar explicaciones, bloqueándome en el Whatsapp; la fobia vuelve; la relación con mi familia vuelve a deteriorarse. Y regreso a los foros como este para desahogarme, mientras vuelvo a buscar métodos para quitarme la vida.

No soporto más esto, de verdad que no. No quiero seguir, estoy convencido que el futuro (a las pruebas me remito) es todavía peor. Estoy condenado a fracasar una y otra vez, una y otra vez. Podría hacerme el hikikomori, viviendo en mi casa, sin salir nunca más, pero es que me asquea ser un parásito nini de cuarenta años. Lo lógico entiendo que es acabar con mi patética existencia. Perdonen el tono, sobre todo el final, y haber contado mi vida, carente de interés, no obstante, hoy no he hecho nada (estoy en pijama, con mi enésima depresión), y escribir, por lo menos, es algo.

Te pido un favor endgame. Me puedes decir el nombre del diagnóstico que te han puesto los psiquiatras en tus informes?.
¿Y cual es el trastorno que tú crees que tienes?

Me sentí identificada con lo que dices,con los primeros años de tu vida y otros aspectos y con tus sentimientos.La vida es muy dura e injusta con algunas personas pero pienso que aún te quedan más cartuchos que gastar, espera,reinicia, sigue dándo batalla. Piensa en algo que te guste y que quieras en tu vida,intenta pelear por ello aunque sea por enésima vez. Creo que aún es pronto para abandonar.

Túmac escribió:Te pido un favor endgame. Me puedes decir el nombre del  diagnóstico que te han puesto los psiquiatras en tus informes?.
¿Y cual es el trastorno que tú crees que tienes?

Trastorno límite de la personalidad, trastorno de personalidad por evitación, ansiedad social, depresión...Son diagnósticos que me han realizado a lo largo de los años. Para mí, el que más se ajusta, es la fobia social, porque, eliminados esos episodios de ansiedad y reclusión duros, opero con cierta normalidad.

De todas maneras, las etiquetas no llevan a ningún sitio y tampoco se puede uno obsesionar con ellas.

Psique_ escribió:Me sentí identificada con lo que dices,con los primeros años de tu vida y otros aspectos y con tus sentimientos.La vida es muy dura e injusta con algunas personas pero pienso que aún te quedan más cartuchos que gastar, espera,reinicia, sigue dándo batalla. Piensa en algo que te guste y que quieras en tu vida,intenta pelear por ello aunque sea por enésima vez. Creo que aún es pronto para abandonar.

Te agradezco tus palabras de apoyo , pero permíteme discrepar, ¿pronto para abandonar? Tengo cuarenta y dos, ¿cuándo sería "la edad ideal para abandonar"? El problema es que mi vida carece de sentido y (ahora estoy totalmente convencido), siempre lo estuvo y siempre lo estará. Me di una nueva oportunidad con un resultado catastrófico. Hay que asumirlo .

Endgame escribió:

Túmac escribió:Te pido un favor endgame. Me puedes decir el nombre del  diagnóstico que te han puesto los psiquiatras en tus informes?.
¿Y cual es el trastorno que tú crees que tienes?

       Trastorno límite de la personalidad, trastorno de personalidad por evitación, ansiedad social, depresión...Son diagnósticos que me han realizado a lo largo de los años. Para mí, el que más se ajusta, es la fobia social, porque, eliminados esos episodios de ansiedad y reclusión duros, opero con cierta normalidad.

        De todas maneras, las etiquetas no llevan a ningún sitio y tampoco se puede uno obsesionar con ellas.

Yo tengo Tpe. Desde los 20 años. A partir de los 40 se me añadió un Toc.
¿Que medicación tomas?

Hola!

Has tenido una vida difícil. Pero considera esto: fuiste a la universidad, tuviste o tienes amistades, sacaste carnet de conducir, has salido con chicas... has logrado más cosas que una persona promedio con fabia social.

Y además has tenido el apoyo de tus padres, cosa que tampoco es muy recurrente en las historias que se cuentan aquí.

No estás condenado a fracasar justamente porque has tenido experiencias de vda que otras personas con FS no se imaginan. Quizá solo te ha faltado ayuda (no solo terapia con psicólogo, también medicamentos) para llevar mejor esos momentos.

No te rindas. Busca un buen tratamiento, un propósito de vida, algo que te guste y motive (aunque sea volver a la finca de tus padres), puedes entrar acá a veces a desahogarte, e inténtalo de nuevo.

Túmac escribió:Yo tengo Tpe. Desde los 20 años. A partir de los 40 se me añadió un Toc.
¿Que medicación tomas?

Ahora mismo, estoy tomando duloxetina (antidepresivo) y quetiapina (antipsicótico).

Endgame escribió:

Túmac escribió:Yo tengo Tpe. Desde los 20 años. A partir de los 40 se me añadió un Toc.
¿Que medicación tomas?

        Ahora mismo, estoy tomando duloxetina (antidepresivo) y quetiapina (antipsicótico).

No está mal,... Inhibidor recaptación serotonina y algo para la agitación/nerviosismo.

Hola @Endgame

Lo primero, lamento mucho que hayas pasado situaciones como el bulling y haber sentido tanta desesperación como para querer acabar con todo. Eso no se lo merece nadie.

Si has escrito aquí entiendo que todavia hay algo en tí que se revela a resignarte con lo que hay. Con 42 años hoy en día todavia eres joven y aunque las mochilas pesen la vida te puede dar una segunda oportunidad, pero para ello hay que querer y tener “intención”, “determinación” o llamalo como quieras (que creo que es lo que te falta en este momento)

Si me permites un consejo creo que un primer paso podria ser ir limando esas creencias del todo o nada que solo te provocan mas sufrimiento y lo peor, no se corresponden con la realidad ni son verdaderas (aunque no dudo que tu las sientas así). Me refiero a cosas como estas:

Endgame escribió:
“mi vida siempre ha sido algo insoportable”.
“El caso es que es un fracaso absoluto, no caben medias tintas”
“ No quiero seguir, estoy convencido que el futuro (a las pruebas me remito) es todavía peor”
“ Estoy condenado a fracasar una y otra vez, una y otra vez”.

En relación a esto, el mensaje de @Nico27 es muy acertado y te puede ayudar a coger perspectiva.

Tampoco creo que sea justo ni te beneficie obsesionarse con que todo viene de la sobreprotección de tus padres. Sin duda no lo hicieron bien y eso te trajo muchos problemas y sufrimiento, pero ya de adulto somos nosotros los responsables de nosotros mismos, del significado que otorgamos a las cosas que nos han pasado y que hacemos con ello en relación a nuestra vida.

(Para concluir te dejo un video que ya le puse a otro usuario del foro y que me ha venido a la mente mientras leia tu historia. Ojalá consiguiese aunque sea solo un poco, hacerte resonar algo dentro y encontrar la motivación que te falta)



Ánimo, como dice el video, si cambias tu manera de ver las cosas , descubrirás que en el fondo la vida es un regalo invalorable.

@Eon, muchas gracias por tus palabras, tus ánimos y, en especial, por leerte todo el mensaje . En serio, tienes bastante razón en lo que expones y se nota que has hilvanado las ideas clave dentro de un pensamiento derrotista como el que he dejado constancia en este texto.

Quizás el problema principal reside en que no valoro en esencia la vida. Por ello, por ejemplo, no termino prácticamente nada de lo que empiezo. Tengo sensación de ser provisional. ¿Tendría que cambiar esto?, ¿debería darme otra oportunidad?, ¿debo modificar mi pensamiento con respecto al desempeño? Sí a las tres preguntas...Ocurre que eso ya lo hice. Después de mi intento de suicidio, traté de darme otra oportunidad y, a fuer de poner de mi parte, parecía que iba funcionando hasta que se volvió a torcer de manera dramática.

Y, hablando de torcer, hace poco vi Los renglones torcidos de Dios, basada en una novela, que trata, tangencialmente, de la vida en un psiquiátrico en la España de finales de los 70. El título viene a cuenta de los internos en ese centro, quienes serían renglones torcidos de la creación. Pregunta, ¿y si uno se tiene por tal y no quiere seguir aceptando que vive condenado por su enfermedad mental?, ¿por qué parece legítimo acortar la vida si una persona tiene una enfermedad física que le impide moverse, pero no, si es mental, aunque también le limite? No hace falta responder, son preguntas retóricas surgidas de una tarde triste de sábado, con enclaustramiento incluido...

Hola, bienvenido!
Has tenido rachas buenas y malas. Hay gente que sólo tiene malas y un poco menos malas. Como te ha dicho @Nico27 has vivido cosas buenas que ya les habría gustado a gente con FS. Lo que pasa que cuando estás mal te olvidas de las rachas buenas y lo quieres tirar todo por la borda. Volverás a estar bien, ya te ha pasado, sólo tienes que sobrellevar la racha mala. Busca hobbies que te hagan sentir bien y que te hagan estar ocupado y pensar menos en cosas desagradables.
Por cierto, te expresas muy bien. Admiro eso , a mi hay veces que me cuesta encontrar la palabra adecuada.
Espero que te vayan mejor las cosas.
Hasta luego

Me siento muy identificada en algunas cosas. Bullying, por ejemplo. Qué decir? nos ha tocado. Aveces también me da bajón de esos de "quiero dejar de sufrir" pero es más la idea que hacerlo de verdad. Me ayuda que casi no tomo alcohol, puesto que eso acentua cualquier emoción, solo tomo si estoy de buen humor. Mi problema empezó como el tuyo, aunque las ramificaciones han sido diferentes, tambien han sido muy trágicas. Veo momentos de mucha promesa en tu historia, buenos inicios, grupos de amigos...y después, autosabotaje. No es crítica...a todos nos da por algo. Al revés, no solo no es crítica, si no que es una felicitación: demuestras tener capacidad de iniciar cosas - grupos de amigos, relaciones...luego no duran mucho, lo dejas, lo dejan, pero que dura en esta vida? lo dice el budismo: lo unico constante es el cambio. Conozco mucha gente sin FS que constantemente tiene que afrontar cambios. No digo que lo tengas mas o menos facil, porque con la raiz jodida que tuvimos, es normal. Pero confio que aunque nos cueste mas que a lo demas, tenemos que poder. Quizas nuestra vida es, en ese sentido, mas bonita. porque nuestra lucha e smas grande. Pero como tu, tambien estoy cansada de ello. Quiero algo tranquilo. Soy de tu edad y digo...puedo tener lo que me queda tranquilito,, por favor? pero bueno, si me toca seguir peleando cual cid campeador hasta que este en la residencia, pues que ya que cojones hacemos, jajajajajaj. El humor ayuda, no crees? abrazo

Muy buena aportación, @vero123. En cuanto al Budismo.... ¿lees sobre ello?

Hola Endgame, no tengo solución para ti, pero no porque no la haya, sino porque no se me ocurre qué decirte, ya estoy acostumbrado a que ante estas exposiciones de toda una vida de sufrimiento, donde la gente se siente deprimida y fracasada, las palabras y los enfoques y las reflexiones sobran. Pienso más te ayuda una amistad sincera que te apoya, te comprende, no te juzga, yo humildemente te ofrezco eso desde aquí, dentro del foro. Ni siquiera quiero terminar con alguna palabra trillada como “Ánimo”, “Sí se puede”, si te sientes dando tantas vueltas en círculo, pero lo que sí puedo hacer, como otros en este foro, es ofrecerte un hombro en el que apoyarte, una sonrisa amistosa, algún gesto considerado, más allá de eso no puedo hacer más, aunque a veces solo eso puede hacer una gran diferencia.

Yo también me identifiqué con tus primeros años de vida, hasta el bullying en la adolescencia y lo de los padres. Sé que no hay palabras para decir q lleguen en momentos así. Pero fuerzas... hay que seguir luchando e intentándolo. Lamentablemente la vida es dura y tenemos que bancarnos eso. El suicidio no es la salida. Fuerzas.