Hola, soy María.

Hola a todos,

Me llamo María, tengo 30 años y sufro de ansiedad social desde que tengo uso de razón. De pequeña y de adolescente lo pasé mal y estuve muy deprimida a temporadas, pero siempre lograba distraerme o ignorar el problema y seguir adelante. Con mi familia y amigos, siempre fui una persona muy abierta y comunicativa, a pesar de mis problemas con el resto de la gente.

La verdad es que hasta hace unos años, cuando fui a terapia porque ya no podía más (trabajaba en un puesto muy estresante para mí, rodeada de gente con exigencias imposibles y hablando constantemente por teléfono y por correo con alguien muy tóxico), no supe que lo que me pasaba de toda la vida se trataba de ansiedad social.

En aquella época estuve esforzándome mucho por mejorar, incluso dejé el trabajo y me puse a trabajar por mi cuenta desde casa, y me parecía que había llegado a un buen punto. Soy capaz de detectar todo lo que me dispara la ansiedad e intento enfrentarme a ello sin evitarlo, intento cuidarme, tomar medicación cuando es necesario (siempre bajo supervisión médica) y, sobre todo, armarme de paciencia y entender que siempre habrá días mejores y peores. Estuve una temporada deprimida de nuevo, pero conseguí salir de ese estado, y creía que había conseguido mantenerlo todo a un nivel tolerable.

Sin embargo, desde hace un tiempo, y sobre todo con cómo están las cosas últimamente, noto que estoy otra vez al límite. De hecho, para ser justos, la que me ha ayudado a verlo es mi compañera de piso, que es una amiga muy cercana y que me conoce y me aprecia mucho y sabe todo lo que me pasa, un poco por experiencia propia también. Ella y otra amiga a la que conozco desde hace muchos años me han comentado que me notan muy distinta, que ven que me bloqueo muchísimo y a menudo no sé qué decir. También es cierto que salgo cada vez menos de casa y cualquier interacción fuera de mi círculo habitual me altera cada vez más.

Ya estoy "acostumbrada" a que me provoquen ansiedad situaciones cotidianas (ir a comprar, hablar por teléfono, que suene el timbre en casa), pero me agota y me desespera estar perdiendo la capacidad de hablar incluso con gente con la que normalmente estoy totalmente cómoda. Con el resto de mis problemas puedo vivir, pero con esto es insoportable. A veces me echaría a llorar a mares antes que decirle cualquier cosa sin importancia a alguien que sé objetivamente que no me va a juzgar, en días en los que me encuentro especialmente mal.

Por suerte, como comentaba, tengo gente que me apoya y con la que puedo contar hasta en momentos así, pero el problema es que noto que ya me está afectando hasta a la forma de ser. Por ejemplo, yo siempre he sido una persona muy apasionada y con muchas aficiones, de las que hablan sin parar cuando algo les gusta mucho, y ahora noto no solo que no puedo hablar de ello, sino que he llegado hasta el punto en el que no me dejo disfrutar de ello ni en mi mente, supongo que por una de dos: porque sé que no voy a poder hablar sinceramente de ello o porque estoy tan preocupada por lo mal que me encuentro que ni siquiera tengo fuerzas.

Me siento vacía, como si ya no fuera yo. De hecho, ha sido precisamente esta faceta de mi personalidad lo que me ha salvado en otras épocas, cuando aún ignoraba la naturaleza de mi problema, y, claro, ahora siento que no tengo nada.

Intento ser fuerte, esforzarme por encontrarme bien y creer que si me esfuerzo puedo superar esto y ser yo de nuevo, pero por otro lado estoy horriblemente cansada y me dan ganas de abandonarlo todo y resignarme a ir sobreviviendo, aunque sé que acabaría muy deprimida. Suena muy patético, pero siento pena por mí misma y a la vez envidia por aquella yo que tenía la capacidad de centrarse en algo y disfrutar aunque tuviera el mismo problema.

Me ha ayudado mucho leer algunas de las presentaciones que he visto en este foro y solo quería aportar mi historia por si alguien se siente identificado o le ayuda de alguna manera.

Muchas gracias si habéis leído hasta aquí y un fuerte abrazo a todos.

María

Bienvenida María, creo que todos pasamos por épocas dificíles, al caer en ese abismo al final cuando ya hemos tocado fondo solo queda ir en una direccion y es hacia arriba.
Me parece que es importante llegado a este punto hacer un análisis de lo que estamos consiguiendo, y si lo que hacemos nos acerca a lo que realmente se quiere para un futuro, los 30's me parece es una edad crítica, mucha gente no sabe lo que realmente quiere hacer con su vida, me incluyo tambien, pero sabes a veces basta con tener la intencion de hacer cosas nuevas, intentar actividades que antes no habiamos hecho por miedo u otro motivo....la vida puede sorprenderte cuando menos te lo esperes, hay que seguir buscando, seguir intentando, probar cosas, y pedir ayuda si es necesario, lo importante es moverse, aunque cueste al principio.
Saludos

Muchas gracias, Mareas.

Siempre intento hacer algo y probar cosas nuevas, sí, aunque hay veces que lo veo tan difícil y tan triste que me lo cuestiono todo. A ver si encuentro un camino.

Un abrazo.