Fracaso con el EMDR

Supongo que muchos de ustedes conocerán (o les sonará como mínimo) una terapia novedosa llamada EMDR (acrónimo de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares en inglés) para combatir la ansiedad. Hace unos meses me expuse a ella con la intención de enfrentarme a mis enormes miedos, complejos y dificultades.

    Desde luego no soy la persona indicada para afirmar categóricamente si una terapia es efectiva o no, porque, entre otras cosas, mi propia desidia me impide ser constante con las mismas. Sin embargo, sí estoy en condiciones de aseverar que a mí no me ha dado resultado en modo alguno. Es más, ha ido acelerando mi precipicio al abismo por una cuestión fundamental que, me gustaría, si alguien más la ha experimentado comunique si es normal.

Y es que esta terapia tiene entre sus puntos fuertes la regresión a momentos del pasado que han podido ser la causa del posterior (y actual) estado de ansiedad. Por ello, te invitan a revivir etapas que nos ha podido superar que te provocan el terror en que vives hoy. Pues bien, el hecho es que, sin darme cuenta, poco a poco, como una gota malaya, el sacar de los pozos oscuros momentos duros han ido minándome en mi personalidad. Ya digo, sin darme demasiada cuenta, aquel Mr. Nadie adolescente ha ido regresando y haciéndose dueño de mi psique, convirtiéndome en su viva imagen, pero con veintitantos años más.

Me encuentro en un momento de máxima inseguridad personal, todo lo que hago lo hago al revés, me siento juzgado hasta por mi familia, no quiero estar con nadie porque, entre otras razones, vivo ensimismado, estoy más torpe de lo habitual (¡y ya es decir! ), me veo cada día más gilipollas con dificultades para poder leer, me ruborizo ante cualquier cosa que me puedan decir, incluso en mi propia casa noto cómo se me calientan las mejillas, tengo accesos de furia conmigo mismo (no tengo valor para arremeter contra otros) y mi vida está cada vez más constreñida. Apenas si salgo de casa. ¿A qué me suena todo esto? ...Sí, vale, es la FS de siempre, pero es que el aumento exponencial de los síntomas me hace sentir como si volviese a ser el mismo de hace veinte o veinticinco años. Me pregunto si no habrá sido contraproducente avivar esos recuerdos.

Lo enfatizo porque no es lo mismo, por poner un ejemplo que se basa en las propias fuentes teóricas de la terapia, exponer cuando fuiste herido en una batalla cuando tienes una familia, con una esposa guapísima y dos hijos sanos, que revivirlo cuando te acaban de echar del trabajo, viviendo una crisis personal. Mi experiencia vital me recuerda que, en otros momentos, he podido hablar de lo que me ocurrió sin que me afectara tanto, porque tenía una cierta perspectiva. Hoy eso no es así. Solo pienso día sí, día también en el suicidio. Por tanto, no sé si esto en lo que me convenía. En mi descargo, es que estaba fatal, aunque ahora me veo todavía peor que hace unos meses.

Por otro lado, tampoco sería la primera vez que echo la culpa a una terapia de lo mal que me va, como una forma de justificar este estado. Sea como fuere, el objetivo de una terapia es mejorar la calidad de vida de la persona y eso no está funcionando, al contrario. ¿Debería poner punto final a la misma?

Yo si fuese tu continuaría, creo que te esta funcionando, cierto grado de malestar en esta terapia creo que es inevitable, es cierto que existe el riego de retraumatizacion por eso lo del lugar seguro que se hace al principio.

De todas formas estas dudas tu psicólogo te las tendría que poder responder de forma satisfactoria. Pero como recientemente hay un psicólogo entre nosotros estoy seguro de que algún consejo te dará.

en el otro foro escribí alguna vez sobre esta terapia sobre el movimiento ocular y me pareció muy de charlataneria esta misma, muy de estilo Roberto Newmann. Por lo demás mencionas que la complementan con regresiones por lo que más me entran dudas acerca de la intención detrás, es como si le agregaran eso como para darle más credibilidad. Se sabe que la fobia social no le sirve mucho eso de conocer orígenes de los traumas, por lo mismo para la fobia social se recomienda no seguir terapias basadas en psicoanálisis que es básicamente eso mismo. Ahora lo del movimiento de los ojos eso suena muy raro y lo de las regresiones más todavía, saber el origen del trauma ¿en que beneficia eso a la fobia social? ¿se quitara la fobia por saber por ejemplo que una actitud de tu madre que tuvo contigo provoco ese trauma? Solo pienso que elegiste mal la terapia y si no resulto no veo por que vaya a resultarte en las otras sesiones.

Yo leí por primera vez sobre esta terapia en un libro sobre el cáncer; decía que el trauma se queda en la psiquis supuestamente porque la persona no ha procesado la situación, y que para lograr eso tiene que simular la actividad del sueño (mover los ojos de un lado al otro mientras recuerda). El objetivo es que terminen viendo las cosas de una manera impersonal; como si estuvieran viendo una película o algo así.

Sé de gente que fue a esa terapia pero para hacerla les ponían como condición recordar las situaciones con el mismo desagrado con el que las vivieron por primera vez, si las contaban con indiferencia no servía el procedimiento.

Mr. Nadie, ¿de qué país eres? Al menos en España el psicoanálisis como tratamiento está bastante enterrado en favor de otros enfoques como la terapia cognitiva-conductual. Lo de EMDR me suena a pseudociencia o magufada, la verdad, y no me sorprende que no te haya funcionado.

Sander escribió:Mr. Nadie, ¿de qué país eres? Al menos en España el psicoanálisis como tratamiento está bastante enterrado en favor de otros enfoques como la terapia cognitiva-conductual. Lo de EMDR me suena a pseudociencia o magufada, la verdad, y no me sorprende que no te haya funcionado.

También vivo en España y no tengo la sensación que esté enterrada ninguna técnica, aunque lo que indican la mayoría de especialistas es que la terapia cognitivo - conductual es la que mejor puede ayudar a superar la fobia social. Evidentemente, si he optado por esta nueva terapia es porque las anteriores fracasaron.

Supongo que, a estas alturas, sería capaz de ofertarme como cobaya humana con tal de experimentar algún cambio .