Di lo que te apetezca

Perezoso escribió:Hoy, por motivos de trabajo he tenido que ir a una notaría en el centro de Madrid.

Yo, ahí con mi traje y corbata, mi mochila, mascarilla, documentos... Entro y veo la sala de espera llena de gente. Abogados, administrativos, contables, ciudadanos de toda categoría social y laboral de un lado para otro... Me acerco al mostrador y explico que tengo que realizar una gestión para la empresa. Empiezo a sacar el papeleo de la mochila mientras la mujer de la recepción me pide espere en la sala junto al resto. Me señala a un chico y una chica de mi edad muy arreglados...

- ¿Sois vosotros los últimos? Les pregunto.
- Sí, sí. Me dice la chica.

Me siento detrás y les observo.

De repente aparece otra pareja, ya en los cincuenta y tantos. Se acercan al mostrador, hablan con la mujer, me señala a mi y les levanto la mano indicando yo soy el último. Se sientan a mi lado.

Pasan los minutos, y no para de entrar y salir gente. Se acerca el verano y todo el mundo quiere dejar bien atados sus asuntos. Un par de mujeres de la limpieza van constantemente por toda la oficina limpiando con bayetas y fregonas para desinfectar asientos, puertas y pasillos.

Me entretiene observar pero esta vez el destino ha puesto frente a mi dos ejemplos magníficos y no puedo evitar estudiarlos... Por la cercanía escuché lo que decían ambos matrimonios. Los jóvenes, llenos de ilusión, iban a comprarse su primera casa, mientras que los de más edad, se iban a divorciar.

La pareja joven cogidos de la mano, se daban besitos a escondidas. Ella le sonreía como si no hubiera otro hombre en este planeta, y él la acariciaba y la miraba con una mezcla de deseo y cariño... Junto a ellos, dos sombras oscuras, serios, en silencio, los abogados del banco que les ha concedido la hipoteca, dos perros de presa con mirada ladina y cruel. ¡Pobres enamorados! Ahora váis a demostrar públicamente lo fuerte que es vuestro amor. ¿Podrá vuestra historia, tan bonita y dulce mantener su frescura y pasión con el paso de los años? Les imaginé cuarenta años después, en una vitrina de un museo, como esos cadáveres abrazados que descubren a veces los arqueólogos, y al lado un papel en blanco con el sello del banco y debajo su firma en rojo sangre.

La pareja mayor, era totalmente lo opuesto, no se hablaban, no se miraban, nada. Cada uno de ellos con un abogado a su lado, que les diría hasta dónde ceder, o hasta dónde exigir... para no perder ni un metro de tierra en la guerra que se avecinaba. Le voy a destrozar... La voy a quitar todo... parecía que decían cada vez murmuraban entre ellos. Retrocedí en el tiempo y les imaginé de jóvenes, de la mano, paseando juntos, haciendo el amor y soñando con la felicidad eterna... ¿Cómo empezó su historia? ¿Cuándo se acabó todo? Ahora todo eso ya desapareció, solo queda la derrota, el orgullo y el rencor.

Por un instante les miré a ambos matrimonios y me sentí como un dios aburrido, abarcando en la palma de mi mano la vida humana entera.

Jackod escribió:Qué se joda el mundo.
Qué se joda el tener que callarme cuando no quiero.
Qué se joda el morderse la lengua.
Qué se joda todo, qué se jodan todos.
Exploté.
Voy a hacer lo que me de la gana, y quien me quiera, lo tiene que aceptar.

fool-overhead escribió:Hace un par de semanas fui a un lugar al que no iba desde hacía años (como seis o siete), no había ni hay ninguna razón en particular por la que no fuera a ese lugar. Solo que no tenía nada que hacer allí… hasta que fui, porque tenía que buscar algo (lo encontré y lo compré).

Pero el punto no es ese, la cosa es que al volver a mi hogar, en el camino de vuelta, al sentir el sol en mi cara ese caluroso sol de verano, sentí alivio o regocijo o no sé cómo decirlo… Solo se sintió bien.

El sol en mi rostro, el sudor en mi frente. Y el largo suspiro que di. Una caminata que hace años hacia una y otra vez, ahora se sintió tan bien, tan diferente. ¿Luego de tantos años encerrado, por qué me sentí así? … Hoy encerrado, sigo pensando en ello.

Juan1980 escribió:¿Sois más de Netflix o descargáis las series por emule?