Ahora Sociologia.

Esto que llamamos realidad es solo un juego de un titiritero malvado que impone a muchos sus grilletes y del que es muy difícil librarse: como el mito de la caverna. Todos deseamos ver el sol, dice Platon, pero las cadenas... no son buenas.
He vivido tormentos que no son comunes, que no son intrínsecos a la mayoría. Cuando uno asiste al psicologo sea el que sea, le hace un tratamiento personalizado. Personalizado en base a que el sujeto es único. A veces pienso en la intencionalidad de mis sucesos particulares. Si se aplicarán a todos por igual: o estarían muertos, alienados o no podrían desarrollar sus aspiraciones vitales. Así que la intencionalidad debe ser la herramienta con la que me miden y esa medida debe ser lo que de por-si me caracteriza: Razón y esperanza.
Ambas minadas con el tiempo por la terapia medica.
Hoy en día se valora poco la razón, y la esperanza: lo que se valora más es el dinero en-si o el poder, si no posees ambos te dominan a ti, como una pesadilla. Una cosa es que Fulanito tenga un problema y otra muy distinta es que Fulanito sirva para un propósito mayor en una sociedad liquida de flujo, donde cada proyecto humano es visto en miras de una utilidad.

Como en otras zonas del mundo, cuando no eres de utilidad temes por tu propia vida: ya estoy bastante obsoleto, permanecer siempre en tus 13, no pasar de pantalla y no matar al malo suelen ser los mejores consejos. Una vida mentalmente sana es lo que tengo, pero parece que ese no era su meta, sino servir. Y con mi filosofía de vida cumplo bastante pero... siempre quieren más.