Aprensión a las etiquetas psiquiátricas

El título que no cabía es ¿por que tanta aprensión a las etiquetas psicológicas - psiquátricas?

Simplemente agrupan unos rasgos o síntomas que habitualmente se dan juntos y quizá se pueden tratar de forma conjunta, nada más. Se puede encajar parcialmente pero no del todo en una o varias, obviamente la complejidad de un cerebro humano dificulta que a  todos nos describan totalmente pero si sirven de base para subconjuntos frecuentes, no veo el problema no hace falta tomarlas literalmente. Otra cosa es que mucha gente se dedique a cosa que lee decir ah eso lo tengo, ah eso también lo tengo... pero eso es otro tema

En mi experiencia (y en la de peña con la que he coincidido en hospitales de día, manicomios, etcétera) no son tanto orientativas como simplificadoras. Basta leerse el DSM —el manual oficial e internacionalizado de trastornos—; sí, todo muy discreto y ordenado; espectros, categorías, subconjuntos, pero los problemas empiezan cuando se aplican a personas, cada uno con una etiología y casuística propias sobre los que se imponen groseras (y a veces arbitrarias) generalizaciones. No olvidemos el carácter de pseudociencia de la psiquiatría... cuya comprensión de las patologías mentales es aún hoy muy limitada. Entiendo que es un dogma necesario, una base operativa —pero una singularmente errática. Aparte de algo de lo que se habla poco y es la dimensión no tanto informativa como sugestiva del diagnóstico, que eo ipso hace mella e induce pánico en numerosos pacientes, los que, por mecanismo de identificación, interiorizan la etiqueta y su condición anómala (estigma).
He conocido psiquiatras muy críticos en este sentido. Y no es casual.

Buen tema y buen planteamiento, Dexter.

Personalmente no me gustan las etiquetas pero entiendo que son "necesarias" porque así funciona todo y lo hace de manera "ordenada". En mi caso debe ser pura cobardía el enfrentarme de manera oficial y certificada a lo que soy o lo que tengo. De momento, me conformo con ponerle nombre de forma genérica e imprecisa, e intentar seguir "caminando" con los pies atados (aunque obviamente no sea lo recomendable).