El Laberinto de la Politica

No hay forma más fácil de romper una relación que tener posiciones políticas distintas. La sociedad está dividida, o eres de los nuestros, los buenos, o eres el enemigo, los malos, y mereces ser humillado, maltratado y demonizado. Entiendo todo eso muy bien porque yo fui parte eso y seguramente lo siga siendo. Me canse de aquello, es repugnante...

Es obvio que nadie tiene la verdad absoluta. ¿Por qué la gente sigue actuando tan prepotente? ¿Son incapaces de ver los puntos fuertes del otro lado? ¿Si quiera admiten que otro lado tiene sus puntos? Por supuesto que no, eso sería admitir que ellos están equivocados por lo menos en algo y eso es inaceptable. Demonizar al otro por pensar distinto, me da asco... Pero es tan común, esta tan institucionalizado, que al final terminas cayendo. En ese laberinto todos se odian...

Todo es peor ahora... En occidente, o en ámbitos angloparlantes, la polarización está escalando cada día más y si las relaciones sociales, antes eran difíciles, ahora son casi imposibles... Estuve atrapado en ese laberinto durante años y recientemente siento que, por fin, puedo salir. Ahora entiendo que ni yo, ni nadie posee la verdad absoluta, la realidad es muchísimo más compleja. Se necesita una tesis y una antítesis para llegar a una síntesis, ese es mi nuevo mantra, pero me deprime saber que hay personas que me odia por el simple hecho de no pertenecer a su línea de pensamiento.

Creo que me pasa algo parecido, mi psicólogo me pregunta que musica escucho y luego... suele castigarme.

A pesar de que tengo opiniones políticas fuertes, creo tener la habilidad de no romper relaciones por diferencias ideológicas. Al menos nunca me ha sucedido. Y eso que muchas veces busco el debate y la confrontación, pero en buena lid.

Pero es cierto que cada vez hay más polarización y que las personas no suelen conversar con otras que piensan distinto. Es uno de los tantos efectos nocivos de las redes sociales. He comprobado que a veces por Whatsapp u otras redes se tiende a malinterpretar ciertas visiones, y se toma todo muy a la personal. Además, hay muchas noticias falsas circulando. En cambio, en la conversación cara a cara, se tiende a ser más empático con la posición del otro (tal vez el efecto de la mirada?) y por lo tanto es todo mucho más civilizado. Al menos esa ha sido mi experiencia.

A día de hoy se llevan demasiado los packs ideológicos y el sobre-exceso de etiquetas.

Puedo evocar que en mi temprana infancia tenía varios libros de ciencia naturales, como solía devorar ávidamente sus páginas y me obstine de forma precoz con la idea del cambio climático, la polución, los desastres medioambientales, la contaminación de aguas subterráneas y la lluvia acida con solo 5-7 años de edad... y por consecuencia (y debido al exceso de sensibilización) me obsesione bastante con esta causa.
Por consecuencia y siendo la constante diana de burla de mis despreocupados compañeros de clase... (quienes aun no poseían este tipo de consciencia) estos terminaron de ver mis actos como algo cómico y un nuevo método de humillación: pues les era un habito lanzar basura en cualquier lugar y al ver mi reacción de recolectar esos plásticos, preocuparme por el reciclaje y lanzarlos en su correspondido sitio no quisieron desaprovechar la oportunidad para mortificarme con esa vulnerabilidad servida en bandeja de plata.

Por aquellos tiempos la politización aun era débil y a lo mucho en mi localidad solo se estaba cociendo a fuego lento un sentimiento de identitarismo del tipo nacionalista-supremacista alimentando con las brasas del orgullo regional, ciertos complejos históricos y el resentimiento que se iba transmitiendo en algunos lechos familiares de generación en generación.

De haber existido algo de ese calibre muy probablemente hubiera caído de 4 patas en el discurso de algún partido progresista dándome un buen batacazo al cargar con una mochila pesada "de resentimiento y rencor" ante aquellos que no respetaban esa visión y detonaban algún tipo de mofa y prepotencia hacia mi... pues en ese momento de mi niñez me sentía solo contra el mundo y no me resultaba muy difícil villanizar y verme en cierta altivez al ser calumniado y arrastrado por inercia hacia una de las esquina de esa balanza.
Con el tiempo adquirí mayor autocritica y lucidez... por lo que deje de ver el cambio climático como una de las 4-5 mayores preocupaciones del momento... y aunque no sea negacionista de ello dispongo de las evidencias y bases necesarias como para no tragarme todo ese cuento del cual nos bombardean los medios diariamente.

Yendo a otro ejemplo dentro de otro espectro político, he visto y padecido en mis propias carnes varios de los males y atropellos que la política local de mi comunidad (supuestamente izquierdista-moralista) engendro a través de sus discursos de odio, la dejadez de sus instituciones y la destrucción de varios de los pequeños ecosistemas laborales... y como su adoctrinamiento broto y dio sus frutos con la generación millennial (nacidos entre 1980-1998 en España) quienes ahora tomaran el relevo generacional y formaran un verdadero esperpento a base de fe ciega, muñecos de paja, egolatría y episodios de megalomanía... mientras la obstrucción de ciertos avances y leyes sigue vigente desde hace casi 2 décadas en pos de su movimiento e intereses.

A mi actualmente me han tildado casi de todo por no coincidir con sus ideas hehe: De ser facha o perroflauta (siendo agravios y etiquetas muy gastadas y carentes de originalidad entre españoles), hippie, snob, aliade, misógino, pro-putin, sociopata, purista, comunista y la lista podría seguir... pues la dicotomía y las doctrinas suelen estar por encima de los individuos en algunas de las mentes del colectivo común.  

nico27 escribió:A pesar de que tengo opiniones políticas fuertes, creo tener la habilidad de no romper relaciones por diferencias ideológicas. Al menos nunca me ha sucedido. Y eso que muchas veces busco el debate y la confrontación, pero en buena lid.

Pero es cierto que cada vez hay más polarización y que las personas no suelen conversar con otras que piensan distinto. Es uno de los tantos efectos nocivos de las redes sociales. He comprobado que a veces por Whatsapp u otras redes se tiende a malinterpretar ciertas visiones, y se toma todo muy a la personal. Además, hay muchas noticias falsas circulando. En cambio, en la conversación cara a cara, se tiende a ser más empático con la posición del otro (tal vez el efecto de la mirada?) y por lo tanto es todo mucho más civilizado. Al menos esa ha sido mi experiencia.

En eso también consiste a día de hoy la política en vivo para nuestra desgracia, en cuando llega el momento en donde alguien debe presentar argumentos, añadir otros puntos de vista o esgrimir sus palabras todos empiezan a vociferar y bramar como si fuera una jungla... siendo la política en España y Europa un patio de parvulario en donde ni siquiera tratan de disimular o dar el ejemplo: tornándose en el nuevo vulgo y circo del pueblo.