La Sombra

“La sombra es un problema moral que desafía a todo el ego-personalidad, porque nadie puede volverse consciente de la sombra sin un esfuerzo moral considerable. Tomar conciencia de ello implica reconocer los aspectos oscuros de la personalidad como presentes y reales. Este acto es la condición esencial para cualquier tipo de autoconocimiento”.

Carl Jung en su libro Aion: Estudios sobre la fenomenología del yo.





La primera vez que oí hablar de Carl Jung fue con respecto a “La Sincronicidad”, es decir, cuando cuando se dan coincidencias entre dos hechos que parecen no tener relación. Empecé a interesarme sobre el tema cuando un día pensaba en alguien con quien no hablaba desde hace mucho y recibí noticias de esa persona durante esa misma jornada.

Hace unos días leí sobre el concepto que  Carl Jung califica como “La Sombra” y que hace referencia a nuestro lado oscuro.
Por lo que he podido leer, aceptar nuestra sombra o nuestra parte más oscura no es admitir cosas como que quizá somos un poco vagos, desordenados o tacaños (aunque quizá también) Va más allá, es mirar en lo más profundo de uno mismo y mirar a los ojos a nuestros pensamientos más perversos.
Si a los tres adjetivos anteriores les pongo un “poco” delante parece que quedan suavizados e incluso adquieren cierta entrañabilidad. Es un poco vago, es un poco desordenado, es un poco tacaño… En cambio hay otros adjetivos que no se suavizan por mucho que le añadas un “poco” previamente. Ese tipo de adjetivos son los que tenemos que buscar en nosotros.
Estuve pensando en mi mismo y aunque no diré aquí todo lo que yo he podido identificar como mi lado oscuro si que estoy dispuesto a decir algo que no es socialmente aceptable y es que he podido identificar en mi ciertos rasgos manipuladores. No de un modo masivo, de lo contrario no lo diría aquí, pero si de forma sencilla. Por ejemplo.

No soy rico ni mucho menos por lo que de vez en cuando he de pedirle dinero prestado a mi madre quien siempre será más laxa que un banco. A pesar de que es mi madre y de que tengo confianza con ella nunca le pido el dinero directamente, suelo decir cosas como “la que me viene ahora...” o “no se como voy a pagar esto o aquello”. Mi finalidad es que ella me de el dinero, pero yo lo  preparo y lo presento como si todo surgiera en medio de una conversación normal y lo hago de forma consciente. Quizá esté exagerando ya que pedir dinero prestado no es fácil y esta sutil manipulación sea más común de lo que parece, pero no por ello deja de ser una manipulación y si que he notado que puedo actuar así en ciertas ocasiones, especialmente cuando quiero conseguir algo.

Creo que la envidia es un sentimiento que mucha gente tiene, hace poco pude identificarla en mi gracias a los Youtubers.
Disfruto mucho con cine y las series y me gusta ver de vez en cuando las críticas y debates en Youtube. A pesar de que me gusta el contenido que hacen algunos de ellos tengo cierto resentimiento, cierta superioridad moral, pensamientos del tipo “Menudo trabajo que tienen” “No hacen nada por la sociedad” “Viven en su burbuja de series e internet y no tienen ni idea del mundo real”… A pesar de que lo piden y de que disfruto de su contenido nunca les doy like o me subscribo. Todo esto es envidia, ya que yo también querría hablar de series en mi casa y cobrar un pastón y no deja de resultarme curioso como puedo disfrutar de ellos y a la vez tener esos sentimientos. Realmente curioso.

También tengo facilidad para mentir, es una de las cosas de las que menos orgulloso estoy y las que más intento cambiar, al contrario que con la manipulación o la envidia, soy consciente de mi tendencia a mentir desde hace mucho y creo que es algo que la ansiedad social agrava ya que el trastorno es fácilmente utilizable como justificación. Pondré un ejemplo.
En 2019 dejé mi anterior empleo por razones de que no encajaba allí para nada, era cara al público y lo pasaba muy mal, mi salida fue un alivio tanto para mi como para mis compañeros de trabajo. Experiencia horrible. Pues yo le dije a mi entorno que se me había acabado el contrato cuando en realidad dejé el trabajo voluntariamente porque no podía más, y puede que sea una mentira comprensible ya que uno no quiere hablar de sus vulnerabilidades con la gente,  y así es como gracias a la ansiedad social justifico mis mentiras. Lo más extraño es que a la gente que fui conociendo después les digo que dejé el trabajo por el COVID, ya que una de las tiendas donde trabajaba cerró por ese motivo, pero eso fue entre febrero y junio de 2020 y yo dejé el trabajo a mediados de 2019. Una mentira que no tiene en absoluto sentido ¿Qué necesidad hay de ello? ¿Porqué no sigo con lo del término del contrato? No es algo que planee, la mentira me sale sola, de forma instintiva diría y no me gusta nada.
He pensado que quizá quiera ponerme a mi mismo en buen lugar de forma inconsciente ya que un cierre por COVID es de fuerza mayor y una no renovación da lugar a pensar  que “algo harías”

Cuando leí que es vital aceptar la sombra lo entendí de la siguiente manera.
La aceptación de estas partes oscuras, de que tengo facilidad para manipular y mentir me es útil para mantenerlas a raya. El firme deseo de no ser un manipulador, un envidioso o un mentiroso nace de mi consciencia de serlo y estoy resuelto a poner freno a mentiras sin sentido o a ser más directo si necesito algo de mis seres queridos.
No es algo que pueda decir de forma tajante, pero he estado pensando que quizá mucha gente manipuladora, envidiosa o mentirosa lo sean porque no son capaces de verse en un espejo, quizá internamente se justifiquen a si mismos. Ellos lo hicieron por tal o cual motivo, no es que ellos sean así, son las circunstancias las que los llevan a ser así, nunca es culpa de ellos… Y es que la etiqueta de manipulador es muy difícil de ser aceptada por uno mismo. Si yo te digo que tal persona es un poco vaga o un poco gruñona la cosa está bien, si te digo que es un poco manipuladora automáticamente algo se mueve en ti y eso también pasa con nosotros mismos. La gente puede aceptar de mi misma que son unos vagos, cobardes, gruñones, desordenados… pero ¿Manipuladores? Es una etiqueta de la que todos huimos y que a la vez todos vemos con relativa facilidad en los demás, así como muchas otras.
Y he aquí la importancia de aceptar nuestra sombra o nuestro lado oscuro, de decirnos sin miedo “soy un mentiroso”, “soy un manipulador” o cosas menos aceptables incluso.
Es difícil, mucha gente no está dispuesta a aceptar ni siquiera en la soledad de su fuero interno tales cargos, pero saberlo es la clave para corregirlo y en definitiva, evitar continuar el descenso moral al que nos podemos ver abocados.

Gracias por compartir esto. Tengo pendiente entrar al mundo de Jung.

Me parece un tema muy interesante, estoy totalmente de acuerdo en que todos tenemos ese lado en el que por algún motivo nos da miedo indagar.
En mi caso lo hago a menudo, mas de lo que quisiera, es como vivir en cierta manera en medio de la luz y de la oscuridad, y creo que es uno de los motivos por los cuales mi ansiedad y mi agorafobia se mantienen en pie. Por algún motivo no soy capaz de ignorar esa parte de oscuridad que hay en mi, trato de aceptarme y mejorarme pero es complicado, porque mi oscuridad lejos de sentir envidias o tener rasgos manipuladores.. es autodestructiva, y contra eso es dificil luchar.
Creo que no todo el mundo se atreve a analizarse a un nivel tan profundo, por miedo, comodidad o por simple supervivencia..
Gracias por compartirlo.