Aliens en la carretera

Se llamaba Segismundo y había vivido solo en un anticuario barroco. Desde su caverna dirigia las sombras pero no poseía amada ni conocia la amistad; él era un alíen.

Cada vez que salia de la calle se bestia de burro, para no llamar la atención. Pero ni con gafas lo lograba pues era de sobras conocido.
No le llameis titiritero, llamadle relojero.

Un dia, se dio cuenta de que no era de este planeta y que había sido traido en una cápsula espacial, un titán biológico de procedencia alienigena.

Así que vestido de burro paseaba por las calles de Nueva York. Su compañía era únicamente una petaca. Todos le repudiaban.

De tanto andar fue conociendo gente, lo que amplio su conocimiento del mundo, y un día, en el bosque se encontró con un duende (elfa)
La elfa llamada Gaviota tenia 200 años y había tenido infinidad de experiencias pero lloraba por no ser madre.

El alien y la elfa se hicieron amigos y así nació el amor.

El alien vendio todas las piezas del anticuario barroco. Y se compro una barraca en la montaña, en medio de un gran lago.

Formaron una familia alejados de la sociedad.
Y le regalaron un CD de Back Street Boys al niño cuando nació.

Estás hecho un romántico becerro, esta vez voy a ser maja y no te voy a criticar nada