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Tempus Fugit
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Juan1980
Amarillo
Hieidraa
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Tempus Fugit
Tras más de 20 años, he tenido que despedirme para siempre de mi gato. Ha tenido una vida larga, plena y feliz. Aún así está siendo un momento muy doloroso. He vivido ya algunas muertes de animales y de personas cercanas, pero sólo he llorado por la de una de esas personas y ahora por la de este animal, lo cual dice bastante de lo importante que era para mí. Ante la pérdida llega una dura pero necesaria toma de contacto con la realidad: cada instante pasa y no se repetirá jamás.
La naturaleza tiene mucho que enseñarnos si prestamos la adecuada atención, desde una perspectiva que no enjuicia ni analiza, sólo observa. Dos décadas observando a mi gato me han dado bastante tiempo para conocer cómo funciona la conducta de estos felinos. No me extraña que hayan despertado tanto interés a lo largo de la Historia, para bien o para mal (admirados o perseguidos). Son unas criaturas realmente enigmáticas. Cualquiera que haya tenido mascotas sabe que los animales también pueden tener traumas. Sus cerebros tienen memoria, y a raíz de una determinada situación estresante se programan para reproducir una conducta de evitación de la misma, como lo haríamos nosotros. Antes de recogerlo con escasos meses de vida, este gato había servido como juguete de un niño pequeño que lo maltrataba. A pesar de haber sido siempre un animal tremendamente cariñoso, no tenía confianza del todo con los críos, prefería distanciarse cuando había uno cerca. Pero, aunque él podía sentir ese dolor emocional, no ha experimentado el sufrimiento como un modelo de vida. No pensaba: "en el futuro me toparé con más niños pequeños" con lo cual no sufría ansiedad anticipatoria ni estaba dándole vueltas al pasado. Hay una frase muy manida, pero no por ello es menos cierta: "sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional". Esa ha sido la filosofía del gato. Y eso sólo se consigue viviendo en el presente, sintiendo cada instante como lo que es, lo único que realmente existe. Los felinos son unos expertos en enfocar la atención en el ahora, con un nivel de atención plena a la altura de un maestro meditador zen. Cuando se ponía frente a la chimenea y entornaba los ojos, en esa postura propia de una esfinge, no estaba sujeto a los vaivenes del tiempo psicológico. Sólo estaba allí, dedicado a la contemplación. Y podía pasarse horas así. Y todo ello sin perder la alerta de lo que pasaba a su alrededor.
Los humanos tenemos algo único: consciencia de nuestra muerte a largo plazo. Saber que nuestra vida se está acabando a cada segundo debería darnos más diligencia para actuar y para vivir más el presente, sin embargo a veces pareciera que produce el efecto contrario. Ni aprovechamos ni disfrutamos el tiempo, lo dilapidamos. Cuánto tiempo desperdiciamos en hábitos inútiles o, peor aún, perjudiciales. Cuánto tiempo desperdiciamos en aferrarnos a personas tóxicas. Cuánto tiempo desperdiciamos en discutir y en otras acciones que no tienen más importancia que la de reforzar un ego que, cuando llegue la hora de la verdad, morirá antes que nuestra verdadera conciencia y dejará al descubierto que nuestra existencia ha sido patética. Cuánto tiempo desperdiciamos en "matar el tiempo", sin ser conscientes de que eso significa "matarme a mí mismo".
Lo que más temo de la muerte no es el hecho en sí. Lo que sí me asusta es abandonar esta vida con cuentas pendientes, el no haber hecho lo que debía o el no haber solucionado determinadas cosas con ciertos seres. Debe de ser terrible que la sensación al final sea: "no he tenido vida", "nada ha tenido sentido" o "no lo intenté". Es una verdadera lástima que el miedo, la culpa o la vergüenza sean los sentimientos predominantes en nuestras vidas. He pasado muchos años aferrándome al sufrimiento, lamentándome y evitando la vida misma mientras ésta se ha estado escapando de forma inexorable entre mis manos. Aunque haya mejorado, momentos como el que estoy viviendo te recuerdan que no es suficiente. Y digo esto no sólo para mí mismo, también para quien esté leyendo y esté cansado de sufrir o sienta que su vida se está desperdiciando: Hay que hacer más, hay que actuar, y hay que hacerlo ya. Todo lo que creas que has hecho mal, tus errores, el daño que hayas podido causar a ti mismo o a los demás... Todo eso se perdona. Quien no perdona es el tiempo. No se puede esperar a que la muerte te sorprenda para cambiar las cosas, y luego arrepentirte por no haberlo hecho.
Espero que todos estos años con mi gato hayan servido para haber aprendido de él y ahora aplicarlo. Él parecía estar en paz y asumiendo con naturalidad sus últimas horas. Espero que yo pueda irme de este mundo de la misma forma.
A mi gato, mi gran maestro espiritual. Gracias y hasta siempre.
La naturaleza tiene mucho que enseñarnos si prestamos la adecuada atención, desde una perspectiva que no enjuicia ni analiza, sólo observa. Dos décadas observando a mi gato me han dado bastante tiempo para conocer cómo funciona la conducta de estos felinos. No me extraña que hayan despertado tanto interés a lo largo de la Historia, para bien o para mal (admirados o perseguidos). Son unas criaturas realmente enigmáticas. Cualquiera que haya tenido mascotas sabe que los animales también pueden tener traumas. Sus cerebros tienen memoria, y a raíz de una determinada situación estresante se programan para reproducir una conducta de evitación de la misma, como lo haríamos nosotros. Antes de recogerlo con escasos meses de vida, este gato había servido como juguete de un niño pequeño que lo maltrataba. A pesar de haber sido siempre un animal tremendamente cariñoso, no tenía confianza del todo con los críos, prefería distanciarse cuando había uno cerca. Pero, aunque él podía sentir ese dolor emocional, no ha experimentado el sufrimiento como un modelo de vida. No pensaba: "en el futuro me toparé con más niños pequeños" con lo cual no sufría ansiedad anticipatoria ni estaba dándole vueltas al pasado. Hay una frase muy manida, pero no por ello es menos cierta: "sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional". Esa ha sido la filosofía del gato. Y eso sólo se consigue viviendo en el presente, sintiendo cada instante como lo que es, lo único que realmente existe. Los felinos son unos expertos en enfocar la atención en el ahora, con un nivel de atención plena a la altura de un maestro meditador zen. Cuando se ponía frente a la chimenea y entornaba los ojos, en esa postura propia de una esfinge, no estaba sujeto a los vaivenes del tiempo psicológico. Sólo estaba allí, dedicado a la contemplación. Y podía pasarse horas así. Y todo ello sin perder la alerta de lo que pasaba a su alrededor.
Los humanos tenemos algo único: consciencia de nuestra muerte a largo plazo. Saber que nuestra vida se está acabando a cada segundo debería darnos más diligencia para actuar y para vivir más el presente, sin embargo a veces pareciera que produce el efecto contrario. Ni aprovechamos ni disfrutamos el tiempo, lo dilapidamos. Cuánto tiempo desperdiciamos en hábitos inútiles o, peor aún, perjudiciales. Cuánto tiempo desperdiciamos en aferrarnos a personas tóxicas. Cuánto tiempo desperdiciamos en discutir y en otras acciones que no tienen más importancia que la de reforzar un ego que, cuando llegue la hora de la verdad, morirá antes que nuestra verdadera conciencia y dejará al descubierto que nuestra existencia ha sido patética. Cuánto tiempo desperdiciamos en "matar el tiempo", sin ser conscientes de que eso significa "matarme a mí mismo".
Lo que más temo de la muerte no es el hecho en sí. Lo que sí me asusta es abandonar esta vida con cuentas pendientes, el no haber hecho lo que debía o el no haber solucionado determinadas cosas con ciertos seres. Debe de ser terrible que la sensación al final sea: "no he tenido vida", "nada ha tenido sentido" o "no lo intenté". Es una verdadera lástima que el miedo, la culpa o la vergüenza sean los sentimientos predominantes en nuestras vidas. He pasado muchos años aferrándome al sufrimiento, lamentándome y evitando la vida misma mientras ésta se ha estado escapando de forma inexorable entre mis manos. Aunque haya mejorado, momentos como el que estoy viviendo te recuerdan que no es suficiente. Y digo esto no sólo para mí mismo, también para quien esté leyendo y esté cansado de sufrir o sienta que su vida se está desperdiciando: Hay que hacer más, hay que actuar, y hay que hacerlo ya. Todo lo que creas que has hecho mal, tus errores, el daño que hayas podido causar a ti mismo o a los demás... Todo eso se perdona. Quien no perdona es el tiempo. No se puede esperar a que la muerte te sorprenda para cambiar las cosas, y luego arrepentirte por no haberlo hecho.
Espero que todos estos años con mi gato hayan servido para haber aprendido de él y ahora aplicarlo. Él parecía estar en paz y asumiendo con naturalidad sus últimas horas. Espero que yo pueda irme de este mundo de la misma forma.
A mi gato, mi gran maestro espiritual. Gracias y hasta siempre.
Invitado- Invitado
Re: Tempus Fugit
Lo siento muchísimo @Renuncia hoy también murió mi coby de 6 añitos.. y la verdad que las personas que no tienen animales no se pueden imaginar el dolor que se siente al perderles.
Estoy segura de que le diste la mejor vida que podría haber tenido. Quédate con todo lo bueno que te dio y todo lo que te a enseñado, que ha sido mucho, porque lo que has escrito es algo tan profundo.. una reflexión que todos deberíamos hacernos en algún momento de nuestra vida. Los animales son vida, y si aprendiéramos un poquito de ellos, el mundo sería mejor.
Mucho ánimo.
Estoy segura de que le diste la mejor vida que podría haber tenido. Quédate con todo lo bueno que te dio y todo lo que te a enseñado, que ha sido mucho, porque lo que has escrito es algo tan profundo.. una reflexión que todos deberíamos hacernos en algún momento de nuestra vida. Los animales son vida, y si aprendiéramos un poquito de ellos, el mundo sería mejor.
Mucho ánimo.
Hieidraa- Usuario VIP
- Mensajes : 4534
Re: Tempus Fugit
Siento mucho lo vuestro, es muy triste, pero es ley de vida. Ellos segurísimo que han sido felices de teneros como compañeros
Amarillo- Usuario VIP
- Mensajes : 1330
Re: Tempus Fugit
Quédate con los buenos momentos porque lo otro es inevitable.
Juan1980- Usuario VIP
- Mensajes : 7831
Re: Tempus Fugit
Hermoso escrito @Renuncia. Tuve un gato que quise mucho, parecía dueño de una gran sabiduría. Solía salir mucho aún los días lluviosos, pero los días soleados eran sus mejores días. Recuerdo una tarde soleada que me quedé en la cocina estudiando con la ventana abierta al patio por si el volvía, y para mi sorpresa lo hizo sin hacer ruido alguno, se sentó en la silla de al lado, cruzó sus patas y así se quedó mirándome un largo rato como diciendo "hoy me dieron ganas de hacerte compañía, aunque el día está lindo allá afuera".
Entiendo su dolor @Renuncia y @Hieidraa, mucho ánimo.
Entiendo su dolor @Renuncia y @Hieidraa, mucho ánimo.
Invitado- Invitado
Re: Tempus Fugit
@Hieidraa Muchas gracias. Es difícil pero, efectivamente, cuando les hemos dado amor y la mejor vida posible al menos queda la satisfacción de haber hecho lo correcto. Espero que con las personas que apreciamos sea igual, que cuando llegue la hora de decir adiós no tengamos que lamentar el no haber dado lo mejor. Seguro que tu cobaya también estaba encantada contigo, ánimo. Aún hay otros seres que requieren de tu atención y cariño, que seguro será mucho.
@Amarillo @Juan1980 Así es, una ley de vida de la que hay que aprender. Gracias
@Anakin Sí, son muy especiales. Respecto a lo que dices, me recuerda a otra característica de ellos muy "budista" que es el desapego . Nos buscan cuando nos necesitan o simplemente cuando les apetece, pero al mismo tiempo saben llevar una vida independiente y se valen bastante por sí mismos. Hay quien dice que son unos animales muy interesados y egoístas pero no es cierto, más bien es que necesitan sus momentos de tranquilidad y soledad. Para mí son un ejemplo de cómo debería ser una relación sana entre personas, el gato te manda un mensaje: "te quiero, pero podría vivir sin ti". Muy diferente al mensaje de "amor" obsesivo y enfermizo que sentimos a veces por alguien, que viene a decir: "te quiero, y no podría vivir sin ti". Eso ni es realista ni beneficioso. Insisto en que son seres de los que se puede aprender mucho, y no sólo de ellos, de todo el mundo natural. Gracias por los ánimos.
@Amarillo @Juan1980 Así es, una ley de vida de la que hay que aprender. Gracias
@Anakin Sí, son muy especiales. Respecto a lo que dices, me recuerda a otra característica de ellos muy "budista" que es el desapego . Nos buscan cuando nos necesitan o simplemente cuando les apetece, pero al mismo tiempo saben llevar una vida independiente y se valen bastante por sí mismos. Hay quien dice que son unos animales muy interesados y egoístas pero no es cierto, más bien es que necesitan sus momentos de tranquilidad y soledad. Para mí son un ejemplo de cómo debería ser una relación sana entre personas, el gato te manda un mensaje: "te quiero, pero podría vivir sin ti". Muy diferente al mensaje de "amor" obsesivo y enfermizo que sentimos a veces por alguien, que viene a decir: "te quiero, y no podría vivir sin ti". Eso ni es realista ni beneficioso. Insisto en que son seres de los que se puede aprender mucho, y no sólo de ellos, de todo el mundo natural. Gracias por los ánimos.
Invitado- Invitado
Re: Tempus Fugit
Cómo ya han comentado los compañeros, son mucho más que palabras, son pura reflexión de vida y todo sentimiento. Muy a tener en cuenta, en mi humilde opinión. Hasta siempre, querido Pulga.
Desdibuja- Usuario VIP
- Mensajes : 4587
Re: Tempus Fugit
Renuncia escribió:Tras más de 20 años, he tenido que despedirme para siempre de mi gato. Ha tenido una vida larga, plena y feliz. Aún así está siendo un momento muy doloroso. He vivido ya algunas muertes de animales y de personas cercanas, pero sólo he llorado por la de una de esas personas y ahora por la de este animal, lo cual dice bastante de lo importante que era para mí. Ante la pérdida llega una dura pero necesaria toma de contacto con la realidad: cada instante pasa y no se repetirá jamás.
La naturaleza tiene mucho que enseñarnos si prestamos la adecuada atención, desde una perspectiva que no enjuicia ni analiza, sólo observa. Dos décadas observando a mi gato me han dado bastante tiempo para conocer cómo funciona la conducta de estos felinos. No me extraña que hayan despertado tanto interés a lo largo de la Historia, para bien o para mal (admirados o perseguidos). Son unas criaturas realmente enigmáticas. Cualquiera que haya tenido mascotas sabe que los animales también pueden tener traumas. Sus cerebros tienen memoria, y a raíz de una determinada situación estresante se programan para reproducir una conducta de evitación de la misma, como lo haríamos nosotros. Antes de recogerlo con escasos meses de vida, este gato había servido como juguete de un niño pequeño que lo maltrataba. A pesar de haber sido siempre un animal tremendamente cariñoso, no tenía confianza del todo con los críos, prefería distanciarse cuando había uno cerca. Pero, aunque él podía sentir ese dolor emocional, no ha experimentado el sufrimiento como un modelo de vida. No pensaba: "en el futuro me toparé con más niños pequeños" con lo cual no sufría ansiedad anticipatoria ni estaba dándole vueltas al pasado. Hay una frase muy manida, pero no por ello es menos cierta: "sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional". Esa ha sido la filosofía del gato. Y eso sólo se consigue viviendo en el presente, sintiendo cada instante como lo que es, lo único que realmente existe. Los felinos son unos expertos en enfocar la atención en el ahora, con un nivel de atención plena a la altura de un maestro meditador zen. Cuando se ponía frente a la chimenea y entornaba los ojos, en esa postura propia de una esfinge, no estaba sujeto a los vaivenes del tiempo psicológico. Sólo estaba allí, dedicado a la contemplación. Y podía pasarse horas así. Y todo ello sin perder la alerta de lo que pasaba a su alrededor.
Los humanos tenemos algo único: consciencia de nuestra muerte a largo plazo. Saber que nuestra vida se está acabando a cada segundo debería darnos más diligencia para actuar y para vivir más el presente, sin embargo a veces pareciera que produce el efecto contrario. Ni aprovechamos ni disfrutamos el tiempo, lo dilapidamos. Cuánto tiempo desperdiciamos en hábitos inútiles o, peor aún, perjudiciales. Cuánto tiempo desperdiciamos en aferrarnos a personas tóxicas. Cuánto tiempo desperdiciamos en discutir y en otras acciones que no tienen más importancia que la de reforzar un ego que, cuando llegue la hora de la verdad, morirá antes que nuestra verdadera conciencia y dejará al descubierto que nuestra existencia ha sido patética. Cuánto tiempo desperdiciamos en "matar el tiempo", sin ser conscientes de que eso significa "matarme a mí mismo".
Lo que más temo de la muerte no es el hecho en sí. Lo que sí me asusta es abandonar esta vida con cuentas pendientes, el no haber hecho lo que debía o el no haber solucionado determinadas cosas con ciertos seres. Debe de ser terrible que la sensación al final sea: "no he tenido vida", "nada ha tenido sentido" o "no lo intenté". Es una verdadera lástima que el miedo, la culpa o la vergüenza sean los sentimientos predominantes en nuestras vidas. He pasado muchos años aferrándome al sufrimiento, lamentándome y evitando la vida misma mientras ésta se ha estado escapando de forma inexorable entre mis manos. Aunque haya mejorado, momentos como el que estoy viviendo te recuerdan que no es suficiente. Y digo esto no sólo para mí mismo, también para quien esté leyendo y esté cansado de sufrir o sienta que su vida se está desperdiciando: Hay que hacer más, hay que actuar, y hay que hacerlo ya. Todo lo que creas que has hecho mal, tus errores, el daño que hayas podido causar a ti mismo o a los demás... Todo eso se perdona. Quien no perdona es el tiempo. No se puede esperar a que la muerte te sorprenda para cambiar las cosas, y luego arrepentirte por no haberlo hecho.
Espero que todos estos años con mi gato hayan servido para haber aprendido de él y ahora aplicarlo. Él parecía estar en paz y asumiendo con naturalidad sus últimas horas. Espero que yo pueda irme de este mundo de la misma forma.
A mi gato, mi gran maestro espiritual. Gracias y hasta siempre.
Es el momento de la renuncia. Namaste
CottonCandy- Nuevo Usuario
- Mensajes : 8
Re: Tempus Fugit
Invitado escribió:Tras más de 20 años, he tenido que despedirme para siempre de mi gato. Ha tenido una vida larga, plena y feliz. Aún así está siendo un momento muy doloroso. He vivido ya algunas muertes de animales y de personas cercanas, pero sólo he llorado por la de una de esas personas y ahora por la de este animal, lo cual dice bastante de lo importante que era para mí. Ante la pérdida llega una dura pero necesaria toma de contacto con la realidad: cada instante pasa y no se repetirá jamás.
La vida es para vivirla.
- read more..:
- Invitado escribió:La naturaleza tiene mucho que enseñarnos si prestamos la adecuada atención, desde una perspectiva que no enjuicia ni analiza, sólo observa. Dos décadas observando a mi gato me han dado bastante tiempo para conocer cómo funciona la conducta de estos felinos. No me extraña que hayan despertado tanto interés a lo largo de la Historia, para bien o para mal (admirados o perseguidos). Son unas criaturas realmente enigmáticas. Cualquiera que haya tenido mascotas sabe que los animales también pueden tener traumas. Sus cerebros tienen memoria, y a raíz de una determinada situación estresante se programan para reproducir una conducta de evitación de la misma, como lo haríamos nosotros. Antes de recogerlo con escasos meses de vida, este gato había servido como juguete de un niño pequeño que lo maltrataba. A pesar de haber sido siempre un animal tremendamente cariñoso, no tenía confianza del todo con los críos, prefería distanciarse cuando había uno cerca. Pero, aunque él podía sentir ese dolor emocional, no ha experimentado el sufrimiento como un modelo de vida. No pensaba: "en el futuro me toparé con más niños pequeños" con lo cual no sufría ansiedad anticipatoria ni estaba dándole vueltas al pasado. Hay una frase muy manida, pero no por ello es menos cierta: "sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional". Esa ha sido la filosofía del gato. Y eso sólo se consigue viviendo en el presente, sintiendo cada instante como lo que es, lo único que realmente existe. Los felinos son unos expertos en enfocar la atención en el ahora, con un nivel de atención plena a la altura de un maestro meditador zen. Cuando se ponía frente a la chimenea y entornaba los ojos, en esa postura propia de una esfinge, no estaba sujeto a los vaivenes del tiempo psicológico. Sólo estaba allí, dedicado a la contemplación. Y podía pasarse horas así. Y todo ello sin perder la alerta de lo que pasaba a su alrededor.
Los gatos son animales fascinantes. Entender su lenguaje corporal permite que nos muestren y mostremos cariño.Invitado escribió:Los humanos tenemos algo único: consciencia de nuestra muerte a largo plazo. Saber que nuestra vida se está acabando a cada segundo debería darnos más diligencia para actuar y para vivir más el presente, sin embargo a veces pareciera que produce el efecto contrario. Ni aprovechamos ni disfrutamos el tiempo, lo dilapidamos. Cuánto tiempo desperdiciamos en hábitos inútiles o, peor aún, perjudiciales. Cuánto tiempo desperdiciamos en aferrarnos a personas tóxicas. Cuánto tiempo desperdiciamos en discutir y en otras acciones que no tienen más importancia que la de reforzar un ego que, cuando llegue la hora de la verdad, morirá antes que nuestra verdadera conciencia y dejará al descubierto que nuestra existencia ha sido patética. Cuánto tiempo desperdiciamos en "matar el tiempo", sin ser conscientes de que eso significa "matarme a mí mismo".
La vida NO es un desperdicio. Así como podemos derrochar el tiempo en cosas banales, también se invierte el tiempo en cosas que no necesariamente tiene que ser productivas para que demos importancia a nuestra existencia y dejar huella.Invitado escribió:Lo que más temo de la muerte no es el hecho en sí. Lo que sí me asusta es abandonar esta vida con cuentas pendientes, el no haber hecho lo que debía o el no haber solucionado determinadas cosas con ciertos seres. Debe de ser terrible que la sensación al final sea: "no he tenido vida", "nada ha tenido sentido" o "no lo intenté". Es una verdadera lástima que el miedo, la culpa o la vergüenza sean los sentimientos predominantes en nuestras vidas. He pasado muchos años aferrándome al sufrimiento, lamentándome y evitando la vida misma mientras ésta se ha estado escapando de forma inexorable entre mis manos. Aunque haya mejorado, momentos como el que estoy viviendo te recuerdan que no es suficiente. Y digo esto no sólo para mí mismo, también para quien esté leyendo y esté cansado de sufrir o sienta que su vida se está desperdiciando: Hay que hacer más, hay que actuar, y hay que hacerlo ya. Todo lo que creas que has hecho mal, tus errores, el daño que hayas podido causar a ti mismo o a los demás... Todo eso se perdona. Quien no perdona es el tiempo. No se puede esperar a que la muerte te sorprenda para cambiar las cosas, y luego arrepentirte por no haberlo hecho.
Espero que todos estos años con mi gato hayan servido para haber aprendido de él y ahora aplicarlo. Él parecía estar en paz y asumiendo con naturalidad sus últimas horas. Espero que yo pueda irme de este mundo de la misma forma.
A mi gato, mi gran maestro espiritual. Gracias y hasta siempre.
Es terrible creer que estamos en este mundo para cumplir un propósito. El no saber cual es, el no alcanzarlo, el no entender como obtenerlo o dar todo para darse valía, es un desperdicio de energía. Invertir nuestro ser, en algo para ser un ciudadano funcional.
No debemos vivir acelerados por considerar que el tiempo no perdona. El tiempo no existe, por lo que no debemos preocuparnos por la fecha límite nos llegué. Vivir el presente es vivir el AHORA. Así como lo hizo tu gato que no le preocupaba dejarte una gran enseñanza con su partida. Solamente vivió feliz a tu lado estos 20 años. Así que vive tu presente y conecta con tu PAZ sin que te preocupe que tu vida la tienes para dejar un legado cuando ya no estés en este mundo
Okami- Usuario VIP
- Mensajes : 1154
A Desdibuja y a annie les gusta esta publicaciòn
Re: Tempus Fugit
Okami escribió:
La vida es para vivirla.
Sin lugar a dudas, verdad universal. En mi caso, desgraciadamente, soy muy cobarde y no lo he llevado a cabo. Aunque confío en ser capaz de revertirlo más pronto que tarde, por difícil que me resulte.
Desdibuja- Usuario VIP
- Mensajes : 4587
A annie le gusta esta publicaciòn
Re: Tempus Fugit
VIVE por CHALES CHAPLIN
"Ya perdoné errores casi imperdonables.
Traté de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien
Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía .
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé solo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y...
tuve miedo de perder a alguien especial
(y termine perdiéndolo)
pero sobreviví.
Y todavía vivo.
No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías solo pasar...
Vive.
Bueno es ir a la lucha con determinación,
abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía,
porque el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante".
annie- Usuario VIP
- Mensajes : 1851
A Desdibuja le gusta esta publicaciòn
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