Líneas

te confieso algo, a veces me duele pensar lo que tú piensas de mí. No es necesariamente que me importe que quiera cambiarlo es que es feo estar ahí y ser testigo de ello, hay tantas cosas de las que no quisiera ser testigo ni siquiera quiero serlo de mi propia presencia en este mundo.

En estos momentos recuerdo por qué abandoné los trabajos y varias carreras en la universidad, eso es porque todos los aspectos de mi vida están suspendidos, penden de una cuerda muy muy delgada que se puede reventar con cualquier asunto menor.  En general las líneas que me unen al mundo se hacen cada vez más débiles, están corroídas por la miseria,  pero yo siento que mi situación es insostenible, no hay con qué pagarla.

Cuando sois capaces de describir vuestra situación y yo me siento tan identificado que no sé ni qué responder...

Tuve una especie de sueño anoche, quizá ya estaba amaneciendo no estoy segura. Soñé con algo así como una voz en mi cabeza que me decía que no había ningún problema que todo estaba perfectamente bien. Lo más raro es que yo le creí a esa voz y me sentí muy bien como si pudiera soltar de un solo todas mis preocupaciones, mi negativismo, como si pudiera cambiar el chip de un momento a otro. Más aún era como una especie de promesa de que hay un lugar mejor en el que nada importa demasiado y donde se puede ser libre dentro de uno mismo, fue como algo mostrándole a mi cerebro el camino hacia ese lugar. En la mañana sentí un poco de terror de perder ese algo de lo que sólo he ganado un poco, quizá tan sólo un pequeño vistazo.

Hace uno días me sentí muy harta muy harta, me sentí más que cansada, asqueada de mi vida, de pensar las mismas cosas, de decir las mismas cosas, de rodearme de las mismas personas y ser parte de sus dramas una y otra vez, de toda toda la cantidad de emoción que ha ido creando mi mente a través de tantos años de pensar las mismas cosas y entenderlas o analizarlas de la misma manera, de ser malentendida, de tener que defender una postura, de estar avergonzada, de mi falta de dignidad. Me sentí muy cansada de mi propio drama en general, me sentí cansada de estar cansada y de sentir. Todo esto con la certeza al tiempo de que no se trata como pudiera parecer a primera vista de un deseo de tener el "control" de mi vida, de nuevas experiencias o conocer nuevos lugares o personas, sino más bien un deseo apremiante de desprenderme de cualquier cosa que esté usando para sostener mi personalidad o mi identidad. Quería olvidarme de mi misma aunque fuera por poco tiempo.