¿Qué se hace?

Cuando se repiten las mismas situaciones en diferentes lugares y con otras personas.

Cuando aparece la empatía vestida de esperanza y se desvanece con silencios prolongados.

Cuando buscas una salida, pides ayuda y recibes más incomprensión.

Cuando encuentras la esperanza, rebajas las expectativas y acumulas paciencia en un vaso hasta que se desborda.

Cuando escribir en el diario ya ha dejado de ser suficiente... ¿Qué se hace?

En esos casos lo mejor que se puede hacer es no presionarse para que las cosas mejoren y pasar el temporal del bajón. Así son estas cosas, uno avanza, pero vienen momentos en donde nos sentimos mal, abrumados, hostigados otra vez. Muchas veces esas cosas que vemos como derrotas las maximizamos, pero mucho está en nuestra cabeza porque tendemos al catastrofismo.

Hay que seguir adelante, sabiendo que durante el camino pasarán cosas que nos harán sentir frustrados, desmotivados, amenazados, en esos casos debemos saber tomarnos un respiro, aprender a soltar, a ni rumiar, hasta lograr volver a un mínimo estado de balance.