Presentación abrupta.

Buenos días a todos.

Me llamo Adan y se me da fatal hablar sobre mí. Intentaré empezar describiendo un poco mi situación.

No me gusta autodiagnosticarme, así que, en vez de fobia social, digamos que simplemente tengo una timidez desproporcionada y enfermiza. Siempre la he tenido, sin embargo, de niño era muchísimo más soportable. Cuando entré en el instituto las cosas empeoraron, exponencialmente hasta el día de hoy; hubo períodos buenos, sí, pero mi desarrollo en general ha ido en declive, llegando hasta el momento más doloroso y desalentador de mi vida, en el cual escribo esto.

A la escasa habilidad social se le suma, quizá por causalidad (o no), una profunda introversión. Soy muy callado, es la faceta que más destaca la gente de mí cuando me conoce. No se debe solo a la timidez, también es porque nunca se me ocurre nada de lo que hablar (pocas vivencias que contar, supongo). Los únicos temas que se escapan a mi indiferencia son la política [tema idóneo para mantener una charla agradable y desenfadada (nótese la ironía)]; la ciencia, a pesar de que no sé todo lo que me gustaría; y algún que otro hobbie. E incluso sobre lo anteriormente dicho me cuesta horrores mantener una conversación decente.

Hace tres días el enfermero de salud mental al que llevo viendo durante un año decidió mandarme a un psicólogo, ya que cree que podría estar teniendo un principio de depresión, pero él no puede diagnosticarme ni darme tratamiento.

Respecto a mis relaciones sociales (a la inexistencia de ellas): solo tengo un amigo. Hay varias personas que podrían llegar a calificarme de “amigo”, pero la interacción con ellos es tan esporádica y vacía...Yo no les considero amigos. Jamás he tenido novia, ni he besado, ni mucho menos tenido sexo. Aunque esto aún no es demasiado grave teniendo en cuenta lo joven que soy (no especificaré cuánto); no tengo expectativas de conseguir ninguna de las tres cosas. Tengo una familia unida y cariñosa, pero su reacción ante mi personalidad no hace más que hundirme. Veo decepción en sus miradas, “¿por qué no tendría un hijo normal?”-es lo que imagino que piensan. Mi padre, por poner un ejemplo, se ha enquistado en la hipótesis de que estoy “triste” porque “no salgo nunca”; bajo esa premisa, ha llamado a mi primo (al que no veo casi nunca) para mendigarle que me saque de fiesta o algo por el estilo. Sé que las intenciones son buenas, no ayudan, pero la intención es lo que cuenta.

En fin, he acabado escribiendo más como desahogo que como presentación. Siento tanto rollo. La verdad es que no espero sacar mucho de este foro. Saber que hay gente pasando por situaciones parecidas a las mías ayuda (por lo de no sentirse el bicho raro del mundo), además me distraigo un poco. Voy terminando. ¡Hola! Espero que nos llevemos bien. Si necesitan algo díganme e intentaré ayudar en todo lo que pueda.

Hola Adan,

Me he sentido indentificado cuando he leído que nunca sabes de qué hablar, y también con tu interés por la ciencia. La verdad es que el aislamiento social nos lleva a interesarnos por temas que no gozan de gran estima entre las masas, y que casi nunca aparecen en conversaciones distendidas. Al menos a mí los temas más habituales tienden a aburrirme, siento que si intento llevar la charla hacia algo que me motive sólo conseguiré miradas perplejas, así que por precaución me mantengo callado

Supongo que uno de los objetivos de un foro como éste es precisamente compartir nuestras desdichas con personas que puedan comprenderlas, así que en cierto modo puede servir un poco como terapia de grupo. Además, siempre existe la posibilidad de llegar a conocer a alguien afín con quien forjar lazos de amistad.

Bienvenido, Adan

¡Gracias por la bienvenida, ovejanegra!  

ovejanegra escribió:Hola Adan,

Me he sentido indentificado cuando he leído que nunca sabes de qué hablar, y también con tu interés por la ciencia. La verdad es que el aislamiento social nos lleva a interesarnos por temas que no gozan de gran estima entre las masas, y que casi nunca aparecen en conversaciones distendidas. Al menos a mí los temas más habituales tienden a aburrirme, siento que si intento llevar la charla hacia algo que me motive sólo conseguiré miradas perplejas, así que por precaución me mantengo callado

Supongo que uno de los objetivos de un foro como éste es precisamente compartir nuestras desdichas con personas que puedan comprenderlas, así que en cierto modo puede servir un poco como terapia de grupo. Además, siempre existe la posibilidad de llegar a conocer a alguien afín con quien forjar lazos de amistad.

Bienvenido, Adan

¡Bienvenido Adan!

Eso de no saber de qué hablar ya lo comenté por otro hilo, y es que creo que es algo con lo que muchos nos sentiremos indentificados. La timidez, junto con las pocas vivencias, hacen que uno no sepa nunca de qué hablar.

Un foro de este estilo es más bien un lugar donde desahogarse y como bien indica ovejanegra, un lugar donde muchas personas no comprenderán porque precisamente ellas están pasando por lo mismo. Así que esperamos ir viéndote por aquí

Bienvenido, Adan!

A mi también se me da fatal hablar de mi. Lo evito a toda costa. En cuanto a tu situación que es como la mía, yo añadiría en mi caso la ausencia de experiencias de vida. Cada vez que es mi cumpleaños me siento mal o triste, pues pasan los años y no creo que he "evolucionado" como persona, me siento estancada por así decirlo.

Agbly escribió:A mi también se me da fatal hablar de mi. Lo evito a toda costa. En cuanto a tu situación que es como la mía, yo añadiría en mi caso la ausencia de experiencias de vida. Cada vez que es mi cumpleaños me siento mal o triste, pues pasan los años y no creo que he "evolucionado" como persona, me siento estancada por así decirlo.

Comparto esa sensación de estancamiento. Con los años sí que tengo la perspectiva de haber evolucionado, pero no hacia donde me gustaría.

Dentro de muy poco cumpliré una edad que para mí era un "tope", por así decirlo. Una edad que me había autoimpuesto como línea roja. Una edad que en el momento de celebrarla ya hubiese superado todos mis problemas, o por lo menos haber hecho grandes avances. Y nada, ha llegado ese momento y se puede decir que incluso he empeorado con respecto a hace años.

Cada día el paso del tiempo me pesa más. Es una experiencia de agobio, de contrareloj casi. Como si la vida siguiese y yo me quedase atrás.