Ser o no ser (análisis)

Por fin llegue a los 500 mensajes! Y comparto con ustedes un poco de mi reflexión basada en los últimos años que he vivido.


De las obras literarias que he tenido el gusto de leer y sentirme identificado con el personaje, más allá del contexto, sino la esencia y existencia descrita; es con Hamlet. Este desdichado príncipe, que sabe la fortuna de su destino, va dubitativo acerca de cuál es la decisión o acción que tendrá que tomar, ante tal dilema de "vivir pasivo o morir actuando".

En general esa es una de las grandes conclusiones a las que he llegado a mi vida, y me han generado una resolución de la existencia, en el pensar ¿Para qué vivimos? ¿Cuál es el sentido de todo, de vivir? Y sí, son preguntas que bien se deben responder de forma personal, he de concluir que como humanos debemos tomar acción y voluntad, aún siendo fatal lo que nos espere tras un largo recorrido.

¿Qué es lo peor que nos puede pasar en la vida? ¿Morir? Un usuario del foro dijo que la humillación, pero ¿Qué es la humillación? Sentirnos avergonzados delante de todo el mundo, desnudar nuestro ser delante de los demás y quedar expuestos ante las risas, las burlas y el desprecio de todos aquellos que no quisiéramos haber visto jamás. Al fin y al cabo la humillación puede ser la antesala del morir, viéndolo como Hamlet, pues él es humillado en su título (principe) al saber que su padre, el rey de Dinamarca, fue asesinado por su tío, y que éste tomo su lugar, a costa de la vida de su padre, y ahora tendrá que vivir a la sombra y a la humillación de lo que un tirano podría ocasionarle no sólo a él, sino a toda una nación.
"¿Pues quién soportaría las injurias y el látigo del tiempo, la infamia del opresor, la soberbia ofrenda del orgulloso, la angustia del amor despreciado, la tardanza de la ley, la arrogancia del poder y los golpes que sufre la virtud de quienes indignos y uno mismo pudiera acabar con ese suplicio con un simple puñal."
Arriesgar nuestra vida, tomar acción, quedar impávidos ante el acontecer, y todas esas acciones que se mezclan en búsqueda de nuestra instintiva supervivencia, es dilucidada en tan sólo este soliloquio que merece ser leído y rezado, como parte de un ritual que haga del humano un ser de acción, un ser de lucha, un ser de evolución.
Sí, quizá exagero, pero el tomar acción en nuestra vida, sea errada o acertada, es la única manera de salir del fango
"...revelarse contra un mar de adversidades y, en dura pugna darles fin, morir, dormir nada más y, con el sueño, poner fin al sufrimiento... "

Una apología al suicidio, puede ser... pero también una apología a la libre voluntad del ser humano, alejado de nuestros instintos, alejado de nuestros impulsos y deseos, un libre albedrío otorgado por el dios bíblico para aquellos creyentes que consuman sus ideas en la duda, y que pasivos ante la misma, simplemente esperan un momento, sí, un momento que quizá jamás llegará, para que el destino final (la muerte), los recoja, ante tal indecisión, y la decisión de saber que también esperar, es de suma voluntad, aunque sin acción a lo que ocurre delante de nosotros.